Hablando inglés se le nota el acento francés, indicativo de una jugadora que creció sellando muchas páginas de su pasaporte. La misma que lleva con orgullo la bandera francesa y la mexicana, una herencia familiar que ruge con fuerza al hablar de Lou López-Sénéchal (México, 1998).
La exterior llegó a la Liga Femenina Endesa en enero de 2024 de la mano de Anna Montañana, entonces entrenadora de Hozono Global Jairis. Con ella Lou dejó atrás el Brno Zabiny checo y abría un capítulo en España donde tenía por objetivo demostrar y demostrarse hasta dónde podía llegar. Algo que apenas un par de años antes se había puesto en tela de juicio tras sufrir una lesión de rodilla en 2023 que la obligó a pasar por boxes y postergó su debut en la WNBA. Pero todo el mundo en Alcantarilla sabía del potencial López-Sénéchal. Por algo la eligió Geno Auriemma para que se incorporara a la universidad de UConn en su quinto año en la liga universitaria, y por algo no tardaron las Dallas Wings en echarle el guante tras finalizar la etapa educativa.
La primera mexicana en debutar en la WNBA fue, el domingo, artífice de 27 puntos y 5 rebotes que se tradujeron en 32 créditos de valoración. Su actuación estelar en el Príncipe Felipe le permitieron levantar su primera Copa de la Reina: “Creímos hasta el final. Tuvimos confianza. Avenida es un gran equipo, sabíamos que podían volver, pero mantuvimos la calma y creo que conseguimos mantenernos juntas”, analizaba la jugadora, que acababa de dejar sin aliento al equipo rival.

Lou en plena acción ante Laura Gil en la final
Sin presión. Sin los focos que llegan al citar el mejor programa universitario de Estados Unidos o el eco de formar parte del top-5 en una ronda del draft, en Murcia Lou López-Sénéchal encontró un refugio. Un lugar idóneo para volver a reencontrarse con su juego y demostrar que era capaz de asumir los galones que se esperaban de ella. Y el destino quiso que Zaragoza fuera el escenario ideal : “Llegamos a la Copa con muchas ganas. Jugábamos sin presión y el hecho de ganar primero a Valencia y luego a Girona nos demostró que podríamos con todo, que teníamos opciones reales”, añadía.
Y tan reales: 18,7 puntos y un 66,7% de acierto en triples. Con unos registros estratosféricos a lo largo de la competición, la galo-mexicana contribuyó a que su equipo, que debutaba en el torneo, apeara a tres cabezas de serie de forma consecutiva hasta alzarse con la corona. Un aviso para navegantes de un equipo que acaba de alterar el orden hegemónico de la competición y que se presenta como uno de los contendientes a jugar la Euroliga el próximo curso.
El confeti dorado inundaba el parqué y lo convertía en una pista resbaladiza. El ruido ensordecedor y los flashes de las cámaras rodeaban a López-Sénéchal, que sonreía al levantar la copa por primera vez. “Siento mucha emoción. No fue siempre fácil…”, recordaba emocionada. Y por eso invocaba en ese instante a todos aquellos que forman parte de su herencia, los que arropan en los días grises: “Pienso en mis amigos, en mi familia. Llegar aquí y ganar la Copa es algo que no esperaba y me hace realmente feliz”, zanjaba.
Y este 23 de marzo de 2025, esa chiquilla que creció soñando que quería levantar trofeos y que llegó a enviar hasta 280 correos electrónicos en busca de una oportunidad para jugar a baloncesto, hacía realidad su sueño.